lunes, 28 de diciembre de 2009

Las raíces de un árbol son sus venas buscando agua.
Nuestro corazón bombea sangre por arterias que son como raíces que buscan agua.
Todos arriba de un árbol. Sin zapatos. De noche. Ebrios. Drogados.
Para algunos eso sabe a libertad. Después de un año duro, para algunos eso sabe a libertad.
A mí me podría haber sabido a libertad. Suelo encontrar ese sabor en los suculentos espacios cotidianos que logro crear junto a los que me desenvuelvo después del duro año de trabajo.
Hoy estoy dopado y no le siento el sabor a esa libertad.
Busco una nueva, una que no se parece a las que he probado en el pasado.
Esta libertad tiene un desgarro que hay que saber llevar. Tiene llagas físicas de las cuales no me avergonzaré. Hoy no siento muchos sabores, pero el fuego, el corazón y el hielo marcan su paso fiero.
No entregarse a la modorra, retroceder nunca, rendirse jamás.
Pd:
La solución está bajando el cerro, cruzando el pino caído y llegando a renca, e´bajo e la loma , e´bajo e´l cielo, subiendo parriba, mirnado pal lao

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