lunes, 29 de noviembre de 2010

Buzzcocks en Chile

28 de noviembre



Pasado las seis de la tarde del domingo me junté con un antiguo amigo del colegio. Hace meses que ya teníamos nuestras entradas y el acuerdo de ir juntos a ver a Buzzcocks.
Con resaca del sábado y una botella de cerveza non fuimos caminando desde la moneda hasta el teatro novedades. A las 7 de la tarde, hora en la que se nos citaba, ya estábamos en la puerta. La verdad es que esperaba encontrar un público cargado al punk, o en su defecto, jóvenes alternativos de vestimenta raras sacadas directamente desde los 70. Salvo un par de excepciones el público se veía muy diverso y de edades dispares, pero en su mayoría jóvenes comunes y corrientes.

Tras más de una hora de espera abrieron las puertas. Adentro el tiempo se hiso más tedioso. Subió la banda nacional “machuca”, que normalmente tienen un buen show en vivo, cargado al metal, pero tuvo una presentación opaca y excesivamente larga, más de 40 minutos. Tocó algunas canciones de su repertorio más conocido, pero el sonido no era de muy buena calidad y los parlantes estaban pasados algunos decibeles.

Luego vino una banda argentina ”bulldog” . Los trasandinos lograron entibiar el ambiente, pero el sonido, lejos de mejorar, parecía empeorar. Los solos de guitarra casi no se oían y la voz del vocalista era difusa, pero no decir inaudible.
El público estaba dividido: Algunos coreaban sus canciones y otros pedían a gritos que se fueran
Hasta el momento la tokata había sido asquerosa. Todo mal: el atraso, el sonido, los teloneros. La banda argentina, que aunque querían seguir tocando se percataron de que el público ya estaba demasiado impaciente y dejaron el escenario. Empiezan por tercera vez las pruebas de sonido cuando en una esquina del escenario vemos a Steve Diggle con anteojos, una cerveza y un cigaro, vestido de terno y con una gran sonrisa.
Por fin Sube buzzcocks. Están viejos. Se ven viejos, se sienten viejos, pero irradian mucha onda. Han pasado casi 40 años desde que tocaron por primera vez. Veo en sus ojos y siento que este no es el público que esperaban: personas un poco mayores, un poco más calmada, hasta sentada en butacas ( ya que les han dicho que tocan en un teatro).
El teatro novedades no deja de ser sombrío. Se me ocurre que estos viejitos consagrados hace bastante tiempo que no deben tocar en un lugar tan bizarro. Veo a una adolecente a un costado del escenario. Parece ser la hija de alguno de los integrantes. No tiene cara de estar muy feliz. Para una niña venida de Europa, donde los eventos musicales tienen un poco más de clase, digamos, con su respectivo camarín, un baño decente, traerla aquí al tercer mundo y aun teatro que se cae a pedazos no debe ser lo más reconfortante ( quizas un poco pintoresco)..

Sin embargo el público está eufórico y aunque el sonido es pésimo, no hay que ser experto para darse cuenta de eso, hay algo, un espíritu, una conducta, una juventud tan bella, tan pura ,con tanta sed de rock que todo lo negativo desaparece con los primeros acordes que estallan.
Con Boredom, del Time´s up inician su show con clasicos como love lies, breakdown, love you more, what do i get, I believe, y la potentisima orgasm addict.
Nos sentimos en los finales de los 80, en Londres, en Manchester, en Santiago de Chile.
Creo que los buzzcock las están pasando bien. Unos punks no paran de escupir a Steve. Todo es tan desastroso que se debe parecerse mucho a las tokatas de la época.
La fiesta es impecable, y aunque los solos de guitarra se pierden y la voz de Pete Shelley no es la de antes, disfrutamos, gritamos y bailamos. Acordes rápidos, solos de de los que se ven pocos actualmente, cargados a los sonidos acoplados, una batería veloz, y mucha fuerza en la interpretación. Es un espectáculo ver a esos 4 caballeros tocando punk. Me recuerdan a los Rolling Stones, pero sin el ego de rock-star. Son sencillos, se rien, juegan con el público, se equivocan. Es una gran presentación de rockandroll. Sólida. Nada que decir. Es un gran concierto. Cuando hay escuela, nada empaña la actuación.









x cara de zapato

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueeena buena. Yo también escribí de mi experiencia con Buzzcocks! Saludos! Y Diggle no tenía una cerveza en la mano, era una botella de champagne jajaja.