viernes, 13 de marzo de 2015

el café

como dice un amigo catalán: en santiago no abundan las cafeterías.
después de varias cuadras de helada caminata invernal lo único que deseo es tomarme un café en una cafetería. pero no lo haré. de hecho, hoy es viernes y ni una gota de alcohol podré beber. después de dos almuerzos vomitados creo que seré más cuidadoso. estoy con una infección intestinal o algo así. solo he comido jalea de naranja y arroz blanco pero en este momento tengo en la punta de la mente un café ILL con salsa de chocolate y esencia de amareto. Me instalo en una cafetería se encuentra en la esquina del libertador bernardo ohiggins con victoria subercaseaux. justo donde se acaba el cerro santa lucia. dese mi mesita puedo observar el letrero de que dice los nombres de las calles,ademas de una moto pequeña, algunos faroles que iluminan la falda del cerro, varios árboles, un contender de basura, la acerca completamente mojada y la relativa oscuridad romántica en la vereda.
adentro del a cafetería ,en cambio, las murallas y luces son blancas, las mesas y sillas de madera color caoba y piso de hule negro. la temperatura es agradable en comparación al frío de la ciudad.

saboreo el café, fuerte,macizo, dulce y amargo.

jueves, 5 de marzo de 2015

Extracto de "MALA YERBA"

11  INT/EXT. NISSAN./ CAMINO DE TIERRA HACIA LOS CHOROS/MAÑANA

Oliver maneja,  José Tomas va a su lado.
Sebastián y Jaime atrás.

Sebastián
 ¿Porque hay piedras apiladas a los costados del camino?

Oliver
Esta carretera es peligrosa. En la noche cae mucha neblina y de día es un infierno.
Por eso es mejor llegar temprano, cuando no hace demasiado calor y hay harta luz.
Hay muchos accidentes en este camino. Muere gente. Ya no tanto como antes. Las familias que sobreviven al accidente dejan una pila de piedras para marcar el lugar donde murió su ser querido.  Muchas vuelven, instalan su animita, la cuidan, le dejan cositas. Hay otros que la ponen pero la olvidan con los años.

Pero otros nunca vuelven.  Y las rocas quedan ahí, amontonadas. Como esperando. Yo he hecho este camino caleta de veces. Y  a veces, si pasas muy rápido parece que los muertos siguen ahí esperando que le vengan a ver, a poner su casita con una virgen, a poner una flor, una vela, algo…la weá que sea…porque aunque se lleven el cuerpo para los cementerios parece que sus espíritus queda aquí, en el desierto. Algunos quedan reventados. Esos mueran asustados, sin paz. Y se quedan aquí esperando que alguien los venga a consolar. Pero nadie llega.

lunes, 16 de enero de 2012

Interrumpo mis estudios

Es demasiado tarde, me dice el pensamiento.
Mas no puedo dejar morir esta pasión. Este sueño me mantiene con los ojos y los pies en la tierra.

Quise acabar con mi vida de forma precipitada una y otra vez con un solo resultado: estar inquieto.

Un día te veré caminar nuevamente a mi lado, con nuestras manos estrechadas. Podré tocar tu zona lumbar, que es el recuerdo que más interrumpe mis estudios, y ver de cerca tus pupilas celestes, esas que me provocan insomnio.
Cada diez minutos reviso si has respondido el mensaje que te envié.
Las tengo todas para perder. Lo sé. Mentiras, azar, esquizofrenia.
Veo gente muerta en la calles, en las fotos de los diarios, en las imágenes de internet.
Gente que se cruzó en mi pasado y que está enterrada en mares de recuerdos.
Pero se me aparecen para recordarme que ya no soy un pendejo y el pensamiento vuelve a hablarme y yo lo vuelvo a negar.

Nunca es demasiado tarde para la metafísica, digo, pero no lo creo. Lo repito muchas veces deseando que sea verdad. Es posible, es posible, es posible.
¿Qué estarás haciendo, perla negra?

Puedo inventar: dibujando, bebiendo con amigas, conversando con tu madre, acariciando a tu gata helena, abrazando a tu pareja y recordando nuestro intenso beso en el bar , duchándote, pintando, en un galpón escuchando música, acostada leyendo a Kandinsky, haciendo origamis chuecos, maldiciéndome.
Y yo. ¿Qué estaré haciendo?
Te lo puedo contar: leyendo, viendo un partido de futbol, bajando música, comprando libros, grabando conversaciones en la calle, acompañando a mi abuela, fumando un cigarro, paseando a mi perra, bendiciéndote.
Te imagino imaginando lo que hago. ¿Me imaginas tú también?

Yo lo hago cada día e ignoro el porque.
El pensamiento me habla y trae a mi memoria cuando te vi por primera vez, que prácticamente fue la última vez también. Llevabas unos pantalones rojos y una chaqueta de cuero. Ibas algo borracha, no entendí porque lo estabas. En un impulso fugaz ya estábamos andando por las calles intercalando conversaciones cortadas y buscando licor para no pensar tanto. Cuando ya no te vi sentí un grito que aún hace eco en mis recodos interiores, rebotando al fondo de mi cuerpo, un valle enorme e inhabitado, donde hay un hombre aullando cada noche sin obtener un rumor, ninguna brisa, un frio compacto en el espinazo, simplemente nada es la contestación.

El pensamiento me refriega en la cara que es demasiado tarde. Me dice que me deje de quejar o que vaya al balcón a martillarme los dedos.
Pero el martillo lo uso para tensar una tela en una madera y pintar alguno de los retratos cubistas que te hago cuando, como ahora, interrumpo mis estudios.
El olor a oleo, acrílico, tabaco e incienso te gustaría, perla negra. Podemos cambiarnos de aquí sino te gusta, pequeña borracha, maravilla concentrada, inspiradora de las más bellas sinfonías que no sé componer, de las películas más atrevidas que no sé filmar, de los actos más irracionales y hasta crueles que se puedan perpetuar, de los aromas más amazónicos y frutales percibidos por el hombre, de los poemas más lindos que no sé escribir.

Responde pronto mis mensajes fruta tropical. La poca coherencia de mis actos algún día podré contártela.
¿Nos juntaremos entonces en Uruguay, perla negra?¿es cierto que en tres meses más nos veremos en Montevideo, buscando medio en broma, medio enserio, a los personajes descritos en las novelas de Cortázar, viendo los barcos partir, apropiándonos de calles, muros, plazas y librerías?

Te quiero tontita, vida mía. ¿Cómo no pude darme cuenta antes?
Ahora el pensamiento me dice que es demasiado tarde y sigo interrumpiendo mis estudios pensando en encuentros ficticios en forma detallada.
Observo a las personas transitando, abrigadas, pero con el sol en sus rostros guaraníes, de risos claros y sonrisas afables, son los habitantes de la capital uruguaya. Tú conoces una playa pequeña al sur de la ciudad.
Nos vamos en un bus celeste, tú vas a la ventana. No sabes si estás incomoda, feliz o extrañada. Te interrumpes continuamente.
Esta visión me está desgarrando por dentro porque es completamente irreal, irrealizable, lejana, remota. Ahora que la levanto, la posibilidad de volverla real se volatiza. Voy por el martillo y golpeo el dedo anular. Duele menos.
Somos seres melancólicos. Si te veo ¿Qué te digo?

Pero cabe la posibilidad, siempre y cuando no sea demasiado tarde, que solo vivamos, sin interrogatorios terribles, quiero decir, hablar. Solo hablar, mirándonos, tocándonos, sintiéndonos cerca.
Sintiéndonos bien.

Mis Amantes

Tengo tantos amores
Como dedos en las manos
Hombres y mujeres
A los que no dejar de lado

Amores en el playa
Amores en Santiago
Le soy infiel a todos
Una vez al año

Por eso mando postales
Desde los lugares a los que voy
Las mando bajo seudónimos
Diciendo que soy escritor

Recolecto conchitas
En cada mar que visito
Y traigo fósiles
Desde cada montaña

Les guardo billetes de metro
Les hago dibujos
Nostalgio con ellos
Cuando me encuentro lejos

Los tengo en mi Ipod
Los subo a mi facebook
Responden desconcertados
Risueños o tercos

Los amo tanto
Los extraño demasiado
Los siento intenso
les hago daño

Yo también sufro
Por las noches no duermo
Doy vueltas en la cama
Les escribo algunos versos

Por la mañana
Entre el sol tímido del convento
También siento celos
De lo que podrían estar haciendo ellos

Algunos se conocen
Incluso son amantes
Mas espera mi llegada
Para que algo se corte en la constante

Son de labios cortos
Gruesos
Secos
Y quemados

Des senos buenos
Pequeños
Redondos
y tostados

de piernas suaves
grandes
gordas
o velludas

unas son buenas amantes
otras pura ternura
una insaciable
y uno que es rabia pura

los amo a todos
y no lo saben
lo sospecha al mirarnos
desde mi saudade

ansío sus lenguas
nuestras aventuras
escondidos de sus padres
quemando tarros de basura



amores punks
amores caseros
amores imaginarios
o voyeurs

ninguno sabe cuánto los extraño
no lo alcanzo a describir
quiero tocar sus cuerpos
el sudor y el suspenso lo logre transmitir

cerrar los ojos y verlos en sueños
es agua pura
respirar sus cuellos
sentir dulzura

mi amor de la esquina
el de a cuatro cuadras
la cabrona rubia
la de gran espalda

la pulguita del campo
la asesina en serie
la flaquita de azul
la de lindos pendientes

el rudo morenón
la que olvido en la cama
una de mala memoria
la que ronca a sus anchas

la que le gusta Pessoa
una de derecha
la fan de Almodovar
la que no bebe cerveza

todas y todos
son vencedores en mi cuerpo
me entrego a ellos
y lo hago en silencio



me introduzco en sus piezas
me meto en sus carpas
los despierto en sus viajes
interrumpo sus charlas

sueñan conmigo
cosas sucias
mas como es un sueño
las olvidan e importancia no le dan mucha

no saben lo difícil
que es estar en cada sueño
eso me produce
profundos desvelos

es por eso
que hoy no duermo
Por pensar
mucho en ellos

viernes, 23 de septiembre de 2011

martes, 16 de agosto de 2011

pierrot le fou, fragmento



"Es posible que sueñe de pié
Ella me hace pensar
En la música
Su cara
Hemos llegado a la época de los hombres dobles
No necesitamos espejos para hablar solos
(pausa larga)
Cuando Marianne dice “hace buen tiempo””
¿en qué piensa?
De ella, solo tengo esta apariencia Diciendo: “hace buen tiempo”
Solo eso.
(pausa larga)
¿para qué explicarse eso?
Estamos hechos de sueños
Y los sueños hechos por nosotros
(pausa)
Hace buen tiempo mon amour.
En los sueños, las palabras y la muerte
Hace buen tiempo mon amour
Hace buen tiempo en la vida"

Pierrot le fou, Jean Luc Godard

domingo, 31 de julio de 2011

encuentros


Corría abril.

La cosecha era buena de modo que la droga que se fuma corría por toda la casa
Una fiesta gigante.
Piscina llena de botellas. Un perro ebrio. Una bodega-motel. Un dueño de casa hecho pico. Padres en la playa.
Música reggae-punk, más conocido como Ska, haciendo bailar a todos los concurrentes.
Déjame decirte que eran bastantes.
Estaban los clásicos chicos de la secundaria, los notables de papel.
Esas elites que se autodenominan elites.
Ja, me dan risa ese tipo de cosas.
Entre toda esa gente estaba la chica, la artista. La que actúa, canta, esa chica morena de senos voluptuosos y amiga de todos. Me saludó calurosamente y hablamos casi una hora. Hablamos de las mujeres y los hombres y Marte y Venus. De que las fuerzas que ayer nos ataban, ahora, solo nos unían, y que su ex, el que toca blues en guitarra, se comportaba como un imbécil. Le nombre algunas fechorías y ella me contó algunos pecados perdonables. Nos reímos bastante aquella noche
Ya no me acuerdo cuanto rato pasó El alcohol y las drogas habían hecho efecto.
Luego hablé con el jipi de lentes. Lo mismo de siempre, cine y cocina.
Después me dio hambre y participe en los saqueos en la cocina.

Así fue pasando la noche, vagando entre la gente y fumando y fumando.
No recuerdo con cuanta gente hable después, ni de qué, ni sus caras, ni sus nombres ni nada. Pero no le di importancia, por que si hubiese conversado de algo relevante, ahí si que me acordaría.
Claro que me acordaría, por que de hecho me acuerdo del único hecho realmente relevante de aquella noche, aparte de las conversaciones ya nombradas..
Era extraño. Era muy avanzada la noche. La noche.
Pero aun así había muchísima gente.
A pesar de que estaba completamente ebrio, me mantenía de pie.
O sea en verdad en ese momento estaba sentado. Lo que quiero decir es que seguía con ánimos y despierto, ósea, de pie.
Estaba sentado conversando con alguien irrelevante.
De pronto un pie descalzo pisa mi mano apoyada en el piso del jardín de la casa, al lado de la piscina llena de botellas y el perro ebrio , y la casa sin padres y el dueño de casa hecho pico, a eso de las cuatro o cinco de la mañana.
¿Que hace un pie descalzo en medio de ese mar de gente ebria de melancolía y drogada en rutina, que creen que se drogan con drogas que no se fuman y son de la elite de papel, la que reproduce miedo y no contribuye en nada?
¿Que hace un pie descalzo en medio del patio lleno de colillas apagadas y fétidas?

Miro hacia arriba.
La dueña del pie descalzo me dice perdón mientras yo la miro con mi mejor cara de estúpido. Le pregunté la pregunta más tonta que le podría haber hecho. Quizás desde ese momento me comenzó a dejar de preocupar el aspecto de la gente.
¿Por qué estas sin zapatos?
Ni me acuerdo de la respuesta, pero no tiene importancia tampoco.
Nada lo tenía hasta ese momento. Cuando me pisó un pie descalzo me percaté de aquello.
Por primera vez me perdí una mirada
Hablamos 48 minutos, y 37 segundos.
Sentí lo que después la chica artista, la de los senos voluptuosos, describiría como un enamoramiento obsesivo.
Su pelo corto, sus natty dreads(1), sus pantalones manchados con oleos, su ligereza al hablar, su sencillez, su ropa andrajosa, me descolocaron.
Hablamos de música y de nuestros proyectos a futuro.
Ella hablaba de sus deseos.
Yo la deseaba con un pichintún de lujuria.
Sus senos pequeños y su cola paradita me volvieron loco.

Luego me dijo adiós así como si nada. Me dio un beso en la mejilla.





No recuerdo como pero amanecí como a las 3 de la tarde, en mi casa.
Por supuesto que lo primero que pensé esa tarde fue en ella.

Hable con ella, todos los días de la primera semana. Nos contamos de nuestras vidas y también jugábamos a los poemas.

La segunda semana solo hable con ella tres días. Hablamos de Blur, un grupo de música. Hablamos de los ovnis. No hablamos de nada, solo nos reímos.

La tercera semana, la chica de senos voluptuosos me dijo que la chica descalza lleva un año y medio pololeado, que como era tan huevón , que me estaba pasando rollos, que no podía entrar a interrumpir una relación, que la estaba puro cagando ,que ella me lo había dicho esa misma noche y que de puro ebrio no me acordaba.

Fuerte.

Creo que gracias a la chica descalza comencé a escribir.

Un par de meses después se fue a vivir al norte con unos artesanos.
La veo como una vez al año, y es la coincidencia lo que nos une.
Como estás, que es de tu vida.

En fin.
El mundo esta lleno de encuentros así.