lunes, 28 de junio de 2010

Pablo Valladolid Garcia

Pablo Valladolid García encendió un cigarrillo para alejar el frío y opacar la soledad de la azotea del 6to piso. El invierno en Estalingrado es uno de los más crudos. Sacude su impecable chaqueta y su Soviet m91. Habia algo de placer en el negocio. .En eso un Merced Benz Negro aparece doblando la esquina. El francotirador se prepara. Su ojo y la mira telescópica se separan por unos cuantos milímetros. El índice derecho es un resorte tenso.
Visualiza esa bala que saldrá por el rifle, entrará por la nuca y quedará incrustada en el interior del vehículo. La imagen se refleja como una daga en la mente de Pablo.
Mas, sin embargo y sin previo aviso, una ráfaga de metralleta impacta el auto negro desde una motocicleta de dos ocupantes .Las balas atravesaron el auto como si fuese de papel.
El vehículo se estrella violentamente contra un poste y estalla en fuego ante la atónita mirada de los transeúntes escasos.
Pablo Valladolid García observa lo ocurrido desde lo alto.
Guarda su Soviet aun cargado.
Saca de su bolsillo un paquete de cigarros.
Solo queda uno
Mientras baja lentamente las escaleras va pensando en que debe dejar de fumar.






"Impresionante historia la de Simo Häyhä, un francotirador finlandés, apodado Belaya Smert «La Muerte Blanca» (ya sólo el nombre acojona) por sus enemigos soviéticos.
Actuando a temperaturas que oscilaban entre los veinte y los cuarenta grados centígrados bajo cero, y vestido completamente de camuflaje blanco, Häyhä abatió a más de 505 soldados enemigos, aunque datos extraoficiales elevan esta cifra a 542.Cuando llegó a los 700 (200 con metralleta) recibió su primera bala, pero sobrevivió."
http://elzo-meridianos.blogspot.com/2007_11_11_archive.html

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