lunes, 28 de junio de 2010

AM

Me privaron del horizonte de tu mirada
Vi con saña tu cuerpo perdiéndose en el crepúsculo
Y yo sin hacer nada
miré las estrellas languidecer

Recuerdo los sonidos de tus ojos
Tu piel madera tostada
Rasgándome cada noche
haciendo funcionar el pálido bombeo
que los viejos astros me heredaron
Ese musculo yace abandonado en carretera
sin nadie que lo quera recorrer

Desde que te dejé ir navegando en contra el crepúsculo una tarde de verano
La calma y la ira se han arrojado fuego a fuego en los recodos de mi mismo
Siento la escarcha de tus ganas como fantasías de planes juntos e inconclusos

A mis espaldas senderos se desvanecieron en el aire incestuoso
Y las raíces coloradas volvieron a oscurecer la tierra de nuestra familia
Tierra que carcome la carne de los ataúdes polvorientos
en la única procesión blanca que se hizo.

No hay comentarios: